jueves, 30 de octubre de 2008

¡Mátame, vamos hazlo!


Gotas de sangre de la última canción que te dediqué


¡Me quemo!, ¡me quemo!,¡ me quemo!, ¡mierda, me quemo!, mi sangre corrosiva derrite mis venas aortas y mis tejidos envolventes. Las espumas ácidas resbalan por mis labios y los demonios que han entrado en mis pupilas hacen su aparición, lo cubren todo, lo cubren todo, lo cubren todo, lo destruyen todo, me destruyen…

Lágrimas de hiel otra vez sobre la vereda de mis zapatos, veneno ponzoñoso agitando mis manos siniestras, ira delirante en mis latidos están asesinando a todas las luces que aún se posan en mí. Balas perdidas en ráfagas de golpes a la pared. Mi rostro contra el suelo, contra el viento, contra el tiempo, contra la razón contra tus manos…

Fisuras quebrantadas, abismos de abrazos rotos en mil pedazos desperdigados en el techo, salpicados en nuestros cuerpos. Coge mis manos, ¡mátame, mátame!, mátame y huye, ¡vete de aquí!, nadie lo sabrá, te juro que no le diré a nadie, no tengas miedo, ¡aprieta más!, ya casi lo logras, casi no respiro, con cuidado, no vaya ser que dejes algo con vida.

Recuerda recoger mis restos cuando hayas terminado, no salgas sin avisar, sin siquiera mirarme una vez más. No te vayas sin el tiempo que hemos perdido, llévatelo y rómpelo en el último parque al que fuimos y donde nos prometimos nada.

¡Ódiame!, ¡vamos dilo!, ¡ódiame!, ¡vamos dilo!, ¡ódiame!, ¡vamos dilo!… acércate y siente el hedor que se desprende detrás de las paredes que cubren mi sombra. Acércate y dime que sucede, toca mi rostro con violencia, yo ya me cansé de golpearme contra la pared, contra el suelo, contra el viento, contra el tiempo, contra la razón, contra mis miedos…

Cansancio agitado, aceleración de los instantes acumulados, manchas de ocre en mi espalda y la saliva agria que supura en mi interior. ¿Tiemblo?, ¡si tiemblo y que!, ¿tengo miedo?, ¡si y que! No saldré de aquí, allá afuera todos me miran y se ríen de mí, todos clavan sus dardos malvados y lastimaron lo ultimo que quedaba en mi. El vestigio de lo que alguna vez fui yo lo borré, me encargué de matar a todo dios, de matar al asesino que corría detrás de mí. Acabo de darme cuenta que no tengo sentidos, explotaron y se fueron al infierno.

No queda más que decir… amén.