Los seres humanos, desde siempre han tenido la necesidad de expresar sus vivencias, sus visiones y sus emociones, a través de versos al viento en medio de un vendaval envolvente, o regados a la ribera de algún manantial cristalino en los albores de la vida.
Esa necesidad hoy me acompaña y por ello trato de dejar en estas páginas ¿virtuales? libres, tan libres como las de Prada, un poco de mí. Un poco de cada trazo que ha marcado mi recorrido. Un retazo de la tela que me ha cubierto todo este tiempo y una pisca de cada instante vivido.
Estos trozos pueden ser hallados con facilidad texto tras texto. Quizás sin el sentido métrico o rítmico de los profesionales del conocimiento. Quizás sin la altivez de los señoritos de academia. Quizás sin el perfume rancio del intelectual que desdeña toda creación espontánea o quizás sin la pedantería del que escribe por compromiso vano y no por placer recreativo.
Ramas entrelazadas o cuerdas mal hilvanadas, serían el resultado del estallido emocional o existencial que atiborra los párrafos de cada trabajo aquí plasmado.
¡Que se abran las puertas del Olimpo y que dejen fluir a las ideas punzantes! ¡Que se rompan los hielos del dogma y den paso a la algarabía del quehacer literario y periodístico! Seamos los salvajes constructores de una sociedad nueva sin fronteras ni banderas. Seamos los heraldos anónimos que pregonan los cantos del amanecer esplendoroso.
Aquí les dejo con las partes de una vida que aún está por vivirse. Con las partes de una vida en camino. Con las partes de una vida ficticia o real, pero vida al fin y al cabo.
A veces creo ser un personaje más de las historias que destilan en mi mente. A veces me siento un puñado de versos que recorren el viento en busca del campo fértil donde iniciar una nueva historia. Poeta y periodista o bohemio vagabundo de la estirpe de los "poetas malditos", todo eso soy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario