miércoles, 29 de octubre de 2008

El periodista que quiero ser


En la primera línea... del frente

“Señora, buenas, soy de prensa. ¿Qué ha sucedido aquí?” Esa suele ser muchas veces la pregunta que inicia un informe “cualquiera”, una nota de página de sociales o de policiales si fuera el caso. En busca del meollo del asunto. Del culpable del asesinato o la violación, del robo y la especulación. Hay que tener mucha habilidad para llegar hasta los hechos. Entre empujones, zancadillas y demás, hay que abrirse paso entre el bosque de periodistas que muchas veces no ven personas sino noticias.

Frente a un crimen flagrante, frente a un abuso de autoridad, frente al olvido y la miseria, un periodista puede volverse insensible, pues de nada sirven aquellos sentimentalismos, en un mundillo donde lo insólito, lo inesperado, el morbo y la primicia venden. Casi, casi bordeando el sensacionalismo.

De todos modos, a mí me encanta esta profesión. Me apasiona leer todo cuanto llegue a mis manos y escribir alguna apreciación o informe de acuerdo al hecho, ya sea desde informativo, interpretativo, alguna crónica candente o hasta una fotografía de portada, si se puede, claro.

En medio de esto, intento rescatar lo aprendido cuando niño, lo aprendido cuando joven, lo aprendido en cualquier momento. Los valores y la ética de frente a todo. “Soy un ser humano primero y luego lo demás”, pienso muchas veces, creyendo equilibrar mis emociones y razones.

No me quita el sueño, llegar a lo más alto de la cúspide el mundo periodístico. Claro que ansío llegar hasta allá, para ello la pujanza y la habilidad han de acompañarme. Sé que no tengo que desmayar en mis intentos por mantenerme erguido frente al resto. He de ser ágil y objetivo, aunque esto suene a estructuras rígidas, creo que siguen siendo los pilares del periodismo tal y como es.

En tanto, el periodista que quiero ser, no tiene las manos temblorosas ni la vista perdida. El periodista que quiero ser, no duda frente a la noticia y dispara sus preguntas para llevarse a la redacción lo mejor del hecho que mañana por la mañana será el deleite informativo de quienes puedan leerme.

El periodista que quiero ser ya existe. Está en la conciencia de la justicia de quien se pone de lado de las causas de los nadie, de los menos y ve en ello la proeza de un trabajo meritorio, no por unas monedas más, no por la portada a todo color en el kiosco de la esquina, sino por el solo hecho de considerarlo humanamente loable.

Así, sumergido entre titulares y notas breves, entre párrafos de crónicas detalladas, entre la premura del tiempo galopante, entre los vaivenes del momento y las ansias de mejor hoy más que ayer, quiero verme construyendo mis pasos a la izquierda del camino trazado y frente al destino que a todo periodista se le presenta con pocas opciones de llegar más allá del límite. Está en cada quien, romper esas barreras y construir una red de comunicación que cobije lealtad a los hechos por encima de intereses mezquinos o rastreros.

No hay comentarios: